La cifra de víctimas fatales fue confirmada por el gobernador Cláudio Castro. La impactante movilización de habitantes de la Penha se produjo horas después de la operación policial más letal en la historia de la ciudad.
El Complejo de la Penha, una de las mayores favelas de la zona norte de Río de Janeiro, amaneció este miércoles sumido en el espanto. Vecinos llevaron al menos 64 cuerpos a la calle José Rucas, una de las principales arterias del barrio, en una escena que estremeció a toda la ciudad.
La impactante movilización se produjo apenas horas después de la operación policial más letal en la historia de Río, que el martes dejó un saldo oficial de 60 presuntos delincuentes muertos y cuatro policías fallecidos en la Penha y el Alemão.
Sin embargo, el secretario de la Policía Militar, coronel Marcelo de Menezes Nogueira, aclaró hoy que los cuerpos llevados a la plaza no están incluidos en ese recuento. De ser así, el número total de muertos podría superar los 128, una cifra inédita incluso para una ciudad acostumbrada a la violencia.
El traslado de los cuerpos y la incertidumbre sobre la cifra real de víctimas
La escena fue desgarradora: vecinos, muchos de ellos familiares y amigos de las víctimas, bajaron los cuerpos desde la zona de la Serra da Misericórdia, donde se concentraron los enfrentamientos más violentos entre las fuerzas de seguridad y bandas narco. Según contaron, aún quedarían más muertos en lo alto del monte.
En diálogo con el sitio g1, el activista Raull Santiago, uno de los que colaboró en el traslado, describió el horror: “En 36 años de favela, pasando por varias operaciones y masacres, nunca vi nada parecido. Es algo nuevo. Brutal y violento en un nivel desconocido”.
“Hay personas ejecutadas, muchas de ellas con un tiro en la nuca, un tiro por la espalda, esto no puede ser considerado seguridad pública”, dijo.
“Se ven marcas de quemaduras, personas amarradas, hay personas allí que fueron sometidas y asesinadas fríamente”, afirmó a la AFP el abogado Albino Pereira Neto, que representa a tres familias que perdieron a algún pariente.
El objetivo de los vecinos fue facilitar el reconocimiento de los cuerpos por parte de los familiares.
La madrugada también estuvo marcada por escenas de desesperación: vecinos llevaron seis cuerpos en una Kombi al Hospital Estadual Getúlio Vargas. El vehículo llegó a toda velocidad y se retiró rápidamente, dejando a los trabajadores de la salud y a los presentes en shock.
En las redes sociales y medios locales circularon imágenes de mujeres velando a sus seres queridos en plena calle, y de cuerpos apilados en la plaza, mientras la ciudad intentaba asimilar el alcance de la tragedia.
Una operación que sacudió a toda la ciudad
Se trató del mayor operativo policial de Río, con 2500 agentes movilizados, y estuvo destinada a actuar contra el Comando Vermelho, el principal grupo criminal de la ciudad brasileña que opera en las favelas, barrios populares y densamente poblados.
El gobernador de Rio, Cláudio Castro, ordenó reforzar el patrullaje en todo el territorio del estado, particularmente en las principales vías expresas, los accesos a la región metropolitana y el transporte público, según un comunicado.
Una delegación del gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva viajará este miércoles a Rio para mantener una “reunión de urgencia” con Castro.
Varios ministros se reunieron el martes en Brasilia para evaluar la crisis mientras Lula regresaba de una gira por el sudeste asiático.
El megaoperativo provocó el caos en la ciudad. Escuelas suspendieron clases, el transporte público colapsó y miles de habitantes quedaron atrapados sin poder regresar a sus casas.
Organismos internacionales y organizaciones civiles condenaron la operación. La ONU se dijo “horrorizada” y 30 entidades, incluida Amnistía Internacional, denunciaron que la acción pone a la ciudad “en un estado de terror”.
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